DIARIO DE UNA DÓMINA Sesión 1o

Veo que mi esclavo se aproxima a mi casa y antes de que tenga esa osadía rebelde de tocar mi puerta la entreabro para que cobardemente entre en mi territorio.
Es un hombre alto de mediana edad y bien parecido. Educado y que aparenta una buena posición económica.

Una vez dentro de mis dominios, ya no es lo que él era. Ahora es mi esclavo.
Parece un niño asustado. Ha sido llamado a mi presencia por haber sido un chico muy malo y por ello debe ser castigado , sólo por su bien....y mi placer.
Me sigue a la sala principal donde le ordeno que se siente. En la mesa un cofre y tres llaves.

- Has sido un chico muy malo. Esta es una Institución muy exigente y de inmaculada reputación
y tú, Tommy, estás intentando destruir los principios y valores en los que este organismo se

sustenta.
- Lo siento, Lady Tsunami- replicó Tommy.

- ¿Te he preguntado algo, impertinente? No me interrumpas- le dí un par de bofetadas que lo dejó inmóvil.

Le indiqué que me siguiese a otra estancia.

- Estás aquí porque te han visto varias veces fumando en el parque infantil. ¡Qué clase de ejemplo estás dando! Antes de que tú manches el prestigio de esta Institución yo te llevaré por el buen camino. Quítate la camisa y los pantalones pequeño Tommy.

- Lady Tsunami, ohhhhhh- balbuceó.

- Dame la mano derecha ¡ te lo avisé, no me interrumpas pequeño bastardo!

Le agarré fuertemente de la muñeca, con la palma de la mano hacia arriba y comencé a golpearlo en la base con mi vara de ratán. Era flexible y producía un dolor agudo que se podía ver en sus ojos llorosos.

-Mírame a la cara, no se te ocurra mirarte esa asquerosa mano tuya. Uno, -pausa-dos -pausa-y tres... por las veces que te han visto fumar. Dame tu mano izquierda....palma hacia arriba y encoje los dedos para tocar la almohadilla de tu mano. Es por tu bien. Uno, dos,...tres- justo en la primera falange.

-Ahhhhhhhhhh, no por favor, nooooooooooo.

- Reclínate sobre el respaldo de la silla.

Qué humillación para un chico tan “durito” y ahora venido a menos. Frágil. Tenía en mi mano un cinturón de cuero negro de 4 cm de ancho, cogí la hebilla, me lo enrollé en la mano y comencé a azotar sus nalgas de izquierda a derecha, recordándome a cuando jugaba al tenis con mi querida “amiga”. Ya no estaba conmigo. Ésto me enfureció. No podía para de azotar al pequeño Tommy, en las nalgas, en los muslos,...una y otra vez. Ví como el cuero iba tatuando suaves y ardientes líneas rojas en su blanca piel. Dobló las rodillas y se dejó caer, estaba tan dolorido...

Le acaricié el pelo suavemente. Al pasar mi dedos entre su cabello se dejó ver las canas que comenzaban a aparecer. Es normal, la edad. Cómo podía ser que dentro de un hombre viviese un niño tan rebelde y con una necesidad inmensa de ser castigado y llevado por el buen camino. BDSM. Ese es el camino. Y yo soy tu guía.

-Levántate Tommy.

- ¿Qué me va a hacer Lady Tsunami? No ....no por favor. Nooo

Tommy estaba asustado al verme con un collar de cuero negro, ancho, con tachuelas plateadas. Se lo coloqué en el cuello y lo apreté unos segundos hasta ver como poco a poco le iba faltando el aire. Luego solté y lo dejé apretado para que no pudiese escapar. Cogí el mosquetón de la correa y lo enganché a la hebilla de acero del collar.

- No intentes escapar, pequeño bastardo. Inclínate en el respaldo de la silla. Abre las piernas. ¡¡No, no mires hacia atrás, mira al suelo!!

Me situé a la izquierda y acaricié sus nalgas. Blancas y suaves. Con la mano derecha cogí la vara de ratán y comencé a darle en las nalgas. Con la mano levantada desde arriba hasta sus nalgas, la vara describía una parábola imperfecta que se topaba una y otra vez con la piel fina de mi esclavo. Pobrecito. Su culito sonrosado... y yo quería más y más , y más y más. Quiero. Necesito. Exijo. Puedo.

Siguiente.mmmmmmmmm..... por qué no’ Te gusta? No sé . Me gusta?.... Me encanta, me fascina, me excita, me deprava, ...es una posesión. Y yo tengo en mis manos tu alma y tu cuerpo, esa poeseión. Te poseo Tommy. Te poseo. Eres mío. Mi Tommy . Mi Esclavo. Mio.
Ya.

Ohhhhhhhhh. Qué placer.. Me digo a mí misma que debo volver a esta sumisión, a este placer que da el poder. Que mi fantasía, mi sumiso, mi pequeño esclavo está frente a mí. Yo soy tu Ama, la única.. Mi afán de dominación se eleva tan alto que parece que sólo con mi mente puede dominar a este...este... no sé , esta inmundicia. Qué asco. Qué gusto.

Después de este pequeño y fantástico desvarío, tiré del collar y Tommy me siguió sumiso en un baile, juntos, estaba dejado, abrumado y entregado. Entregado a mí. Sííí..

- A cuatro patas Tommy.

- Pero....

Pena, pena, todo iba tan bien, para qué me preguntas pequeño puto bastado. Yo te mando.

-Yo te mando. Yo te exijo. Yo te domino. Yo te guío pequeño. Todo es por tu bien. Tengo Carta Blanca.

-Perdón, ehhhhh ¿¿¿Carta Blanca????

Oh sí. Me encanta, cuatro patas , mis cuatro varas favoritas.... Ohhhh.. hem, hem,...
Tengo, tengo, tengo y tú no tienes nada y yo tengo cuatro varas que te mata tus ....nalgas. Una es maravillosa. Fina , suave y escuece, pica, mmmm. Empezamos por aquí. Lo siento es mi favorita, vareo, vareo, vareo, mmm, y sigo. Sé que es demasiado , pero es mi vara favorita y tienes un culito que necesita ser castigado. Me encanta ese sonido “Zas, zas, zas,...”uhhh.

No se queja.
Spanking. Tengo, tengo, tengo, mi vara ancha de casi un centímetro de grosor, metro de largo, ahora sí. Dejo salir toda mi fuerza subiendo mi brazo con la vara hasta mi cabeza. Es un metro hasta tocar

las rosadas nalgas de Tommy, hahhaha ahora si cabrón, ahora sí. Vámonos . Arriba y pam, Arriba y pam. Arriba y paaam. Quince. Los minutos que llegaste tarde a clase. Tommy.
Tenía tanta marcas en sus ahora ardientes, calientes y rojas nalgas que sentía que en lugar de pena debía cambiar el sentido de los golpes. Tengo Carta Blanca. Me digo.

Toalla mojada . Fantástico. Primero un poquito de hielo.

-No intentes escapar pequeño bastardo.

En mi despacho tengo una nevera con una pequeña botellita con agua congela La saqué del congelador y se la pasé para aliviar las heridas de sus nalgas. No. No había sangre. Pero eran heridas penetrantes y con un relieve rectilíneo y perfecto que la vara había dejado en su dulce piel. Al pasar mi mano por la superficie de su dermis, Tommy dejo salir un un quejido de su garganta que me hizo entender que el hielo sería un buen alivio.. Después del dolor el frío es maravilloso. Pobrecito.

Ya... no me creo nada.
Mi stick, mi pala , mi nuevo juguete, vamos probarlo juntos. , 50 cm , manejable y zas, zas, zas. La perfecta arma de castigo y disciplina. Puro cuero, sencilla y eficaz. Una prolongación de mi brazo y de mis deseos.

- Levántate. Y siéntate en esta silla Tommy. Sujeta esta botella con hielo. Mira Tommy tú crees que puedes engañas a los profesores pero a mí no me vas a llevar a tu terreno. Tú estás en mis dominios. Tú estás en mis dominios. No Yo en los tuyos. Estúpido. Dáme tu mano. La derecha.

-Yououou

-Ya!!!!!! Dame la mano Ya..... maldito niño estúpido!!!! ¿Quien mierda te has creído que eres?. Coje la maldita botella de hielo. Sujétala.

Esperé unos segundos. En una mano fría un golpe duelo más. Es un saber común. Me gusta tanto.

-Dame tu mano ....¡Ya!
.
Le di una y otra y otra vez, agarrando fuertemente su muñeca y poniendo su palma desnuda y frágil frente a mi pala de spank. ¿Quien tiene el poder ? ¡Quien, dime ?

- . Usted, ... Lady Tsunami, Lady Tsunami, Lady Tsunamiiiiiiii....

Me hubiese gustado seguir guiando a este chico descarriado, pero el pobre, estaba ta dolorido. Se deslizó en el suelo, de rodillas con la cabeza entre sus brazos y las palmas de sus manos buscando un sitio frio, tocando el mármol de mi estancia. Me dio .... no sé compasión. No sé.....

Nos vemos pronto....:)